lunes, 3 de octubre de 2011

El sueño de nunca jamás

Por una noche, "El sueño de nunca jamás" le ha ganado la batalla a la pesadilla. La magia de la obra consiguió alejarme de la realidad por un segundo (aunque en tiempo real fueron dos horas y media) y trasladarme a un mundo lleno de fantasía e ilusión, un mundo en el que reí, lloré, pero sobre todo me hizo creer de una manera especial, a lo grande.

Tan grande como el elenco de artistas que actuaron, y digo grandes porque a pesar de la estatura de estos pequeños, demostraron en el escensario que tienen tablas suficientes como para demostrar que un grupo de actores amateurs puede colgar el cartel de no hay localidades en seis ocasiones diferentes.

Tan grande como las cifras que encierra este musical. Más de 150 personas hacen realidad este sueño. Siendo 105 actores, 35 músicos de la Banda Municipal de Música de Calahorra que junto con una banda de rock interpretaron más de una decena de canciones de esas pegadizas de las que cuando sales del teatro no puedes quitártelas de la cabeza.

Todo ello enmarcado en un teatro con aforo para 500 espectadores, por lo que casi 3000 personas han llegado a ver esta obra (digo casi porque siempre están los que repiten para ver a sus chiquillos). Y ya que hablo del espacio físico del teatro, no puedo dejar de mencionar los decorados. Aunque creo que solo diré una palabra: auténticos.

Del mismo modo, puedo asegurar que igual de grandioso es el trabajo de las maquilladoras, diseñadoras y de la coreógrafa.

En definitiva, no soy crítica, ni entiendo de teatro pero como mera espectadora califico esta obra con un sobresaliente y a su director con una matricula de honor. Enhorabuena Javi, has hecho un trabajo espectacular.