El diseño del packaging ha quedado durante muchos años relegado a un segundo plano a la hora de elegir la estrategia de venta de una marca. Sin embargo, en la actualidad el packaging se ha convertido en un factor importante que surge con fuerza para convertirse en el gancho, enlace o si nos ponemos románticos, en la Celestina entre la marca y el consumidor ya que éste establece el primer punto de contacto entre ambos.
Si ofrecemos un producto de calidad con un envase funcional y atractivo no sólo conseguiremos nuestra misión, vender el producto del lineal sino que conseguiremos algo que va más allá de la mera transacción monetaria, la fidelización. De este modo pasamos de tener un consumidor esporádico a tener un cliente habitual.
Os pongo un ejemplo. Estamos de fiesta en un bar y nos pedimos una copa. Un Whisky con Cola por favor. El camarero nos atiende educadamente y nos pregunta si queremos una marca en especial. En ese instante echamos un vistazo a la barra y de repente nos llama la atención una botella de J&B muy colorida. Puede que no sientas predilección por esa marca, pero en ese momento, en ese local con poca iluminación te ha llamado la atención la botella de edición limitada Crazy Colors.
Consecuentemente, pruebas el producto. Ya has dado el primer paso. Ahora ya es cuestión de la calidad del Whisky y de tu gusto por ese tipo de bebidas que J&B consiga fidelizarte.
Ya sabéis el dicho, para gustos colores. Nunca mejor dicho
Crazy Colors. Edición limitada de J&B.
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