Esta semana he conocido más españoles en Panamá que durante los dos meses que llevo aquí. Ya sabéis lo que dicen: Dios los cría y ellos se juntan. Pues eso debe ser. El primero español (de Almería) lo conocí en un restaurante. En este caso era bastante obvio ya que el restaurante era de comida española. ¡Qué rico estaba todo! Me sentía como en casa.
El segundo españolito lo conocí en la Universidad. Ya me habían comentado que había un paisano por allí pero nunca había coincidido con él. Resulta que es paisano, pero además, vecino porque es Navarro. Y casualidades de la vida ha tenido varias novias de Calahorra así que se conoce la ciudad casi mejor que yo.
Y la tercera española que conocí es de Logroño. Este caso fue curioso. Unas compañeras de trabajo estaban de compras en un mall (centro comercial) y se dieron cuenta de que la propietaria de la tienda era española. Ellas muy orgullosas dijeron que tenían una chica española trabajando con ellas. Cuando les dijo la mujer que era de La Rioja, las chicas del curro se emocionaron y todo. Dijeron ¡ella también! Así que me trajeron la tarjeta de visita de mi paisana (aquí usan mucho esta palabra) y quedaron que me llevaban a conocerla. Y dicho y hecho. Ayer estuve en Albrook (centro comercial más grande de Panamá) y conocí a Carmen. Una riojana que lleva viviendo en Panamá 16 años. Estuvimos hablando, compartiendo experiencias y riéndonos de las curiosidades que tiene este país.
Me resultó gracioso cuando mis compis me dijeron “no hemos entendido nada de lo que habéis dicho, los españoles habláis muy rápido entre vosotros”.
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