miércoles, 27 de abril de 2011

De vuelta

Tanto el blog como yo nos hemos tomado una semana de vacaciones. A veces hay que parar y generar expectación para no morir de éxito, ya sabéis estrategias de comunicación.

En realidad he dejado de escribir porque me fui unos días a la playa y cuando regresé estaba tan en shock que no podía escribir. Empezaré por el principio para que nadie se me pierda.

El miércoles por la noche tres amigas y yo nos fuimos para el interior (me hace mucha gracia porque aquí todo el mundo dice que va al interior pero nunca te ubican dónde exactamente). Con esta manía de abrir los supermercados 24 horas, hicimos la compra de todo el viaje a la 1 de la madrugada. Os aseguro casi me duermo encima del carrito.

Esa misma noche no hubo jarana (no porque alguna no quisiera) porque estábamos cansadas. El jueves nos despertamos y después de un buen desayuno de huevos revueltos, tortillas (un frito redondito muy típico de aquí) un cafecito y un jugo (zumo) nos fuimos para la playa.

En Costa Esmeralda la arena es negra y la marea está tan baja que tienes que andar unos 50 metros hasta que el agua empieza a cubrirte por la cintura (y eso que yo no soy muy alta). Después de un rato de playa, piscina, risas nos fuimos a comer un “pescaito” enfrente del mar. Qué tranquilidad. Toda la que no tuvimos por la tarde.

En Panamá a beber se le dice chupar, es por eso que metimos una mesita dentro de la piscina para no tener que estar saliendo a por nuestros cubatitas, así que a nuestro invento lo bautizamos como la chupinpool (para el que no lo sepa pool es piscina en inglés, que ya sabéis que los españolitos no llevamos muy bien este idioma).

Por la noche tuvimos 3 incorporaciones más. El grupo aumentaba al igual que las risas, anécdotas y conversaciones.  

Al día siguiente nos fuimos al Valle de Antón, un lugar muy tranquilo lleno de naturaleza. Hasta la fecha es el único rincón de Panamá donde he sentido una leve brisa. Pasamos el día comiendo con otra chica del grupo y su familia y por la tarde me fui en quad a visitar el Valle. Qué aventura subir hasta el Cerro de las Cruces con la moto. Me encantó.

Por la noche ya sabéis más jarana y cachondeo.

El sábado tuvimos un poco de todo, dos bajas que regresaban a la ciudad y la incorporación de Marta, la dueña de la casa en la que llevábamos dos días.Después de despedidas y bienvenidas nos fuimos de ruta hacia Las Tablas, la ciudad en la que se celebra el famoso Carnaval panameño.

Cuando llegó la noche decidimos regresarnos para Panamá para evitar el tranque (tráfico) el domingo.

Han sido unos días estupendos, el clima nos ha respetado, he visitado más lugares de este gran país, pero sobre todo he conocido a personas que valen muchísimo. El grupo con el que fui de vacaciones se llama CESA y os puedo asegurar que me he sentido como una Cesita más, porque el trato ha sido increíble. 

4 comentarios:

  1. Se me olvidaba, mamá, papá, podéis ir preparando la bodega porque los panameños están deseando conocerla!!!!!!

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  2. Sara... se te pasó la historia de "¿Señor... dónde tiene los huevos?"

    Apropósito... Señores "Mamá y Papá".... le recomiendo que cuando llegue Edurne a invadir su BODEGA.... no la dejen pasar... haganme caso... que le conviente...jajajaja

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  3. se me pasaron muchas cosas, créeme es mejor así jajaja

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  4. Hala que ya te echabamos de menos "cesita"... me gusta lo de la chupinpool ja ja
    Elena

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